TAMAYO, Isaac (La Paz, Bolivia, 1844 – 1914).- Escritor, diplomático, periodista y político.
Según datos del biógrafo Josep Barnadas, Tamayo tuvo destacadas actuaciones
políticas desde que fuera Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores
en el gobierno de Mariano Melgarejo. Fue electo Diputado a las Constituyentes
de 1868 y de 1878. Durante la presidencia de Hilarión Daza en plena Guerra del
Pacífico, fue Subsecretario. En 1887, como Ministro Plenipotenciario en el
Paraguay, negoció y suscribió el Tratado ‘Tamayo-Acéval’; igual misión
cumpliría en 1893 en el Brasil. Ministro de Hacienda e Industria (1888-1889);
Cancelario de la Universidad paceña (1896-1897). Padre del poeta y también
político Franz Tamayo Solares.
En cuanto a su labor como periodista, los estudios del ramo Raúl de la
Quintana y Ramiro Duchén Condarco en su libro Pasión por la palabra anotan que Tamayo fue miembro de ‘La voz de
la Juventud’, ‘La Unión’ y fue colaborador de ‘El Eco de La Paz’ y de ‘El
Ciudadano’, este último dirigido por José Rosendo Gutiérrez, órgano en el que
coincidió con Crispín Andrade y Portugal, Félix Reyes Ortiz y otros.
Tamayo logró publicar un solo libro titulado Habla Melgarejo (1914), firmado con el seudónimo de ‘Thajmara’, en
el que rescata sus conocimientos en torno al polémico gobernante Mariano Melgarejo.
Ya en 1928 el ensayista Gustavo Adolfo Otero en su libro Crestomatía Boliviana
incorpora en sus páginas a Isaac Tamayo como “Prosista de estilo enérgico y rotundo”, destacando precisamente Habla
Melgarejo del que afirma que “es un
documento y serio estudio sobre asuntos más importantes de la actualidad
permanente en Bolivia”. Por su lado el historiador Valentín Abecia Baldivieso
se refiere al mismo libro, destacando: “Este
volumen de 220 páginas no pertenece al género histórico. Su autor, está a la
vista, no pretendió hacer historia; pero tiene, sin embargo, un análisis de
interpretación de la realidad que muchos que escribieron historia no poseían,
Melgarejo merced al espiritismo. Se presenta a mostrar fríamente la política,
los problemas del país, las relaciones internacionales, las finanzas, la
agricultura, el comercio, la demografía, el derecho, etc. /…/ La obra no es una
justificación de los actos del ‘tirano del sexenio’, es una reflexión sobre la
cuestiones históricas y problemas del país, a través de un personaje salido del
medio social, creado por el cuartel y la asonada política militar; en ella no
se juzga a los hombres, se explican hechos y actitudes en su dimensión humana y
en sus propias circunstancias”.
En opinión del historiador de la novela boliviana Augusto Guzmán, Habla Melgarejo “No puede llamarse novela en el sentido clásico de la palabra. Tamayo
no escribió este libro consultando las reglas retóricas del género novelesco.
Si tal hubiese querido, lo habría hecho con magnífico resultado, porque tenía
mucho talento. Empero, por la ficción literaria de que se sirvió el autor para
exponer una serie de inteligentes opiniones, debe figurar su libro en este
registro. Es una crónica que detalla fragmentariamente lo ocurrido en una
sesión de espiritismo. El argumento se reduciría a esto: unos jóvenes
espiritistas invocan el alma de Melgarejo, éste se presenta en espíritu y
mantiene suspenso al auditorio con una brillante y docta exposición, defensa de
su persona y gobierno. /…/ El recurso de hacer hablar a Melgarejo pasados 41
años desde su muerte, no puede ser sino novelesco”.
Otros escritos de Isaac Tamayo son citados por un lado por Gustavo Adolfo
Otero quien habla de ‘Pago a tanto martirio’ sin mencionar su género literario;
por otro lado Valentín Abecia dice que escribió en su Juventud una novela
titulada ‘Sarah Bloch, páginas de un libro de viaje’ “que publicó por fragmentos, sin ningún éxito”, dice. De nuestra
parte encontramos en el diario ‘La Tribuna’ de La Paz, de 1880, una serie de
textos bajo el título ‘Historia de cada día’ (apuntes para una novela), con lo que
podemos concluir que Isaac Tamayo tuvo desde siempre una tendencia a escribir en
el género de la novela.
Un retrato de la personalidad de Isaac Tamayo la hace el director de la
revista ‘Kollasuyo’ Roberto Prudencio Romecín anotando en 1939: “Entre las grandes figuras de la historia
política y literaria de Bolivia, don Isaac Tamayo cobra un relieve singular,
por la extraña modalidad de su persona. Hombre solitario y arrogante, no
disimulaba su desdén por la sociedad pacata y provinciana de su tiempo.
Espíritu profundo y cultivado huía del convencionalismo y del lugar común, y se
aislaba para mejor conocer y juzgar a los hombres. Estudioso de la ciencia
europea e inclinado a admirar la cultura francesa, era sin embargo un adorador
de lo autóctono y abrigaba una fe ardorosa en el hombre y en las modalidades de
la tierra”.
LIBRO Novela: Habla
Melgarejo (1914).
PORTADA de su libro dedicado a Melgarejo
FUENTES: I. Tamayo, ‘Historia de
cada día’, La Tribuna, LP, 04.12.1880, 4; G.A. Otero, Crestomatía Boliviana,
1928, 87; A. Guzmán, Historia de la novela boliviana, 1938, 141-142; R.
Prudencio, “Los escritores del pasado: Tamayo”, Rev. Kollasuyo - 5, LP, mayo
1939, 67-70; V. Abecia, historiografía boliviana, 1973, 273-274; Quintana/Condarco,
Pasión por la palabra, 1992, 622-623; J. Barnadas, Diccionario Histórico: II,
2002, 969
D.R. Copyright: Museo del
Aparapita / Elías Blanco Mamani
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