MEDINACELI QUINTANA, Carlos (Sucre,
1898 – La Paz, 1949).- Escritor, crítico literario y educador.
En 1916
termina la secundaria en el Colegio ‘Pichincha’ de Potosí, donde también
estudió derecho. Se desempeñó en sus inicios como profesor en aulas de Potosí y
La Paz. En 1918,
en la Villa
Imperial, funda junto a Gamaliel Churata,
Armando Alba y José Enrique Viaña, el grupo ‘Gesta Bárbara’ que con el tiempo
se convertiría en uno de los hitos culturales más importantes del siglo XX.
Hizo actividad política al postularse para la Convención de
1938.
En
términos de Juan Siles Guevara, “Con René
Moreno, Juan Quirós y algunos más, Carlos Medinaceli es una de las figuras más
representativas de la crítica literaria boliviana. A la crítica neoclásica de
René Moreno, Medinaceli opone las corrientes críticas vigentes desde principio
del siglo XX”.
Para
José Roberto Arze “La obra literaria de
Medinaceli trasciende en varios aspectos. Como ensayista es uno de los que más
profundamente ha penetrado en la valoración de las letras del país y en el
descubrimiento de varias facetas nuevas de las letras bolivianas”.
En
carta personal fechada en 1930 y dirigida a José Enrique Viaña, Medinaceli
reflexiona sobre los valores del boliviano al decir: “Lo principal debe ser el ‘orgullo’, pero el orgullo de nuestra parte,
de lo que es uno, de lo que ama. Hay que poner eso por encima de todas las
demás cosas. Y, a eso, sacrificarse, ofrendarle el culto más sagrado de nuestra
alma, el incienso más cálido de nuestro
espíritu”. Y en otro momento, en
1931, en artículo publicado en su libro Páginas de Vida, con cierto dramatismo
decía sobre el trabajo del escritor en Bolivia: “Escribir en Bolivia es matarse. Ningún escritor boliviano ha obtenido
el fin con un libro que se escribe: penetrar en la conciencia del pueblo,
despertarlo a la vida de la conciencia vigilante, a una más clara comprensión
de la vida. Es que no se lee. Y, si alguien lee, no comprende. Y, si comprende,
comprende mal. El amor a la cultura apenas está despertando. Es necesario crear
el respeto por el libro, el gusto por la lectura…”.
Autor
de dos novelas, la primera de ellas La
Chaskañawi cuya primera edición
fue hecha en Buenos Aires, Argentina, en 1947 y la segunda fue impresa en La
Paz, con prologo de Gamaliel Churata, quien destaca a la obra al decir: “En la escasa producción literaria de
nuestra patria no podrá dejarse de lado nunca, ni siquiera un renglón, de lo
producido por Carlos Medinaceli; pero sí quedarán, sobrenadando al naufragio de
los siglos, esa páginas y la obra toda de La Chaskañawi, y no porque su arquitectura novelística supere a
cuantas novelas se han escrito en Bolivia, a causa de su complejidad o
equilibrio, ni porque importe un testimonio folklórico precioso. /…/ La Chaskañawi
posee un valor idiomático todavía no entrevisto por la crítica. Es allí donde
se produjo el milagro”.
En opinión de Porfirio Díaz Machicao, “La Chaskañawi tiene un doloroso
paisaje humano, una obscura geografía que se ilumina de pronto con el alcohol y
el desengaño. Sus personajes son elementos de lucha, de los cuales triunfa el
que usa el predominio de la carne: la afamada Claudina que dá la sensación de
ejecutar una tarea zoológica y siniestra: la de alacrán que después del amor,
sacrifica al macho. A mí me produce ese efecto el atormentado argumento. El
resabio que queda en el lector es agridulce, una desgarrante revelación de
realidad”.
Por su lado Juan Siles Guevara hace el siguiente
resumen: “Ubicada como
novela naturalista, ‘La Chaskañawi’, encierra todo un cuadro de costumbres de
los valles provincianos del sur de Bolivia de las décadas segunda y tercera del
presente siglo (s. XX). Una vida colectiva terrosa, frustradora, movida por
impulsos elementales se perfila con nitidez en torno a los dos caracteres
centrales: Claudina, la Chaskañawi, una real hembra, prototipo de la mestiza
pujante, trabajadora y voluntariosa, y Adolfo, el caballerito abúlico y
frustrado, fin de raza. Además del estudio psicológico de los personajes, un
discreto uso del marco paisajístico y un lenguaje sencillo, coloquial, propio
de los valles bolivianos, encierra esta novela dentro de su estructura lineal
tradicional”.
En cuanto a poesía, si bien no tiene ningún libro
del género publicado, ha producido en su juventud varios versos, uno de ellos
es reproducido por la estudiosa Yolanda Bedregal, el titulado ‘Crepúsculo
campesino’, que en su parte inicial dice: “Esta tarde no sé qué oro de ensueño tiene el ocaso / y todo en la vega
canta la cultura de una endecha; / estamos alegres todos porque es rubia la
cosecha / y están floridas las sendas que se abren a nuestro paso. / Tiene
sabor de sembrados a égloga de Gracilazo / y un lirismo de zorzales de la
fronda nos acecha, / en el sendero espinoso de la parda ruta estrecha / el
molle con el riacho se dan un íntimo abrazo”.
LIBROS
Novela: La Chaskañawi
(1947); Adela (1955).
Cuento: Diálogos y cuentos de mi paisaje (1963).
Ensayo y crítica literaria: Estudios críticos (1938); La educación del gusto estético (1942); Páginas de vida (1955); El huayralevismo (1972); La inactualidad de Alcides Arguedas y otros
escritos biográficos (1972); La
reivindicación de la cultura americana (1975); Chaupi p’unchaipi tutayarka (1978).
Otros: Apuntes sobre el arte de la biografía
(1968); La alegría de ayer (1988).
FUENTES.- C. Medinaceli, Páginas de vida, 1955, 109; Díaz, El Ateneo, 1956, 108-109; Costa, Catálogo: I, 1966, 659; C. Medinaceli, La Chaskañawi, prólogo (G. Churata), 1967, 8-9; Castañón, Escritos, “Estudios críticos”, 1970, 133-149; Wilson Mendieta, “Daniel Zambrana Romero y Carlos Medinaceli” en Gentes y caminos de Potosí, 1976, 80-90 (*); L.H. Antezana, "La Chaskañawi de Medinaceli", PL, 15.08.1976, 1; Bedregal, Antología, 1977, 270-271; L.H. Antezana, "Notas al epistolario de C.M.", Presencia/2da. Secc., 23.03.1980, 1; Siles, Cien obras, 1975, 286 y 290; M. Baptista G., Atrevámonos a ser bolivianos, 1984; Blanco/Vargas, Páginas de Gesta, LR/Ventana, 23.01.1994, 16-17; C. Medinaceli, carta (10.12.1930), LT/Correo, 38, 23.04.1987, 3; Arze, Diccionario Escritores, 128; J. Zeballos P., “A cien años del nacimiento de C.M.”, DL, 01.03.1998, 1 y 4
COPYRIGHT:
Elías Blanco Mamani / Museo del Aparapita
Interesante, me queda por preguntar ¿dónde entán enterrados los restos de este escritor? Agradezco la respuesta de antemano.
ResponderEliminarEn el cementerio general de La Paz, en la vía 3 del sector antiguo del mausoleo Grissi Torrico.
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