RIVERO EGÜEZ,
Horacio (Reyes, Beni, Bolivia, 1905 – Trinidad, Beni, 1973).-
Poeta, educador y periodista.
Estudió filosofía y letras en la Normal ‘Simón Bolívar’
(1930) de La Paz.
Ejerció en colegios de Trinidad, Magdalena y
Cobija. Ocupó distintos cargos administrativos. Diputado (1940). Premiado en
los Juegos Florales de Trinidad (1950). Dirigió los diarios ‘La Patria’ y ‘El Pueblo’
de Trinidad.
A decir de Roger Becerra Casanovas -cit. Quintana-, el
autor “Escribió al paisaje más bello que
a Bolivia impuso la naturaleza: El Beni; y también al humilde campesino. Cantó
al panorama de la selva beniana, al majestuoso Mamoré, y a la mujer amada…”.
Otra valoración pertenece a Pablo Dermizaky, quien anotó:
“Fue el primero que en el Beni insufló sustancia a la poesía. Sus versos
traían un mensaje nuevo: a la cadencia de la forma, cuajada de metáforas
rotundas, agrega la profundidad del pensamiento que se desliza armoniosamente
en las estrofas. Aunque él diga que no ha aportado nada a la poesía nueva, la
suya es una recreación, en el sentido de que sus poemas abordan los problemas
intrínsecos del hombre en conflicto con su propia sensibilidad. / Como cantor
del Hombre del Beni y de su tierra, nadie lo ha superado en vigor de la
expresión…”.
En términos de Pedro Shimose, “Pertenece a la
generación del Chaco. Poeta de publicación tardía, su obra quedó congelada en
la corriente modernista y vernácula. /…/ Cantó al amor ausente y a la heredad
beniana. La presencia de la muerte, la fugacidad del tiempo y el desencanto de la
vida obsesionaron al poeta en su madurez”.
Uno de esos versos dedicado a la gente de su tierra natal
titula ‘En elogio del Beni’, que en un párrafo dice: “Oh, este hombre del Beni hecho de agua, / de hamaca, de melaza y de
torrente; / oh, este hombre del Beni hecho de lodo, / que es domador, delfín y
siringuero; / oh, este hombre del Beni hecho de luna / que es cachafaz,
caporal, poeta, / ciñe en la frente sus diademas plumas / si es en la fiesta
corifeo y tontochi; / chontiles dardos en la diestra ciñe / si es en la tribu
pecahuara o chama / y atado en su corcel corta los vientos / con la fayanca de
su lazo de ocho / para enredarla en el testuz del toro”.
También escribió sobre la muerte; uno de esos versos,
inserto en Hojas y cáscaras, expresa:
“Y cuando llegue mi hora, / esta hora tan
tremenda / de la que no podemos eximirnos / ni reyes ni villanos, ni asesinos…
/…/ Me arrojaré, feroz, contra la muerte, / la clavaré las uñas en los pómulos,
/ le aferraré los dedos en el cuello, / le arrancaré los dientes, / la nariz, /
el cuero cabelludo; / le sumiré los ojos, / le dejaré dos huecos en la cara; /
la dejaré sin aliento y sin sentido, / la dejaré bien muerta”.
LIBROS
Poesía: Hojas y cáscaras (1968).
Estudio: 30 años de inquietud (panorama de la
literatura beniana, 1933).
Ref.-
J.L. Roca, “Hojas…”, Signo, 10, 1968, 129-131; Chávez, Perfil de la poesía beniana, 1974, 83-96; P.
Dermizaky, “Reseña cultural”, Monografía de Bolivia, t. IV, 1975, 124; H. Rivero, “A. Lijerón,
el sentimiento…”, PL, 18.03.1984, 2 y 4; Quintana/Duchén, Pasión, 563-64; M.D.
Saucedo, Diccionario Histórico: II, 759-60; Prefectura, Monografía del Beni,
s.p.; P. Shimose, Poetas del Oriente, 2011, 195-204
COPYRIGHT: Elías Blanco
Mamani
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