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martes, 6 de marzo de 2012

JORGE SALAZAR MOSTAJO


SALAZAR MOSTAJO, Jorge (La Paz, Bolivia, 1914 - 1975).- Novelista.
Asistió a la Guerra del Chaco. Estudió para economista. Docente universitario, fue militante del POR. Llegó a presidir el Banco Central de Bolivia. Se suicidó.
A decir de Augusto Guzmán, en la obra La caída, “una prosa diestra y feliz, juguetona y aleteante, conduce un relato distractivo y apasionador en dos planos temáticos que se alternan en capítulos bien proporcionados: la comedia social del amor y la tragedia bilateral de la guerra del Chaco”.
Los editores de la misma novela, La caída, llaman la atención sobre el texto: “En los estremecedores relatos de la Guerra del Chaco, que sólo el autor, soldado y testigo combatiente podría expresarlos en forma dramática sin acudir a fuentes de segunda mano, nos hace vivir sucesos que jamás figuraron ni figurarán en los comunicados de ningún comando: la picana del horror, el hombre que obligó a comer ratas, el fusilamiento del desertor, etc”.
En el prólogo, el autor anota: "Léelos detenidamente (los capítulos); son parte de mi vida y de mi naufragio espiritual. Podrías publicarlos con las correcciones, supresiones y arreglo si es que vieras conveniente. Si te parece, dales forma novelada aunque el resultado fuera una novela cursilona. Después de todo, mi vida es la novela de un hombre común y vulgar".
La novela Zarabaya, subtitulada: “Un placer aurífero de utopía”, es una historia de amor y de violencia que refleja la vida turbulena de Tipuani (población dedicada a la explotación del oro) en los años de la fiebre del preciado metal.
En el capítulo IV de Zarabaya, publicada en 1976, describe a la gente protagonista de la novela en el siguiente párrafo: “Zarabaya es un pueblo con tristeza que la agitada vida de sus habitantes no llega a disimular. La vegetación se agobia por la tierra arenosa y candente y por el sol – en otros casos por la lluvia o por la niebla- que también humilla a los hombres. Estos a su vez, carecen de la alegría de vivir; el sacrificado laborar diario y la espreranza de encontrar el bolsón salvador los convierte en seres ríspidos, con el alma roída por la envidia hacia los pocos de mejor suerte; la charla cordial y la sonrisa de afecto ceden, normalmente, a la frase mordaz e insultativa, a la risa y carcajada sarcástica casi llenas de odio. Extraer de las arenas escurridizas del río algunos granos de oro o de los topes del socavón granítico algunas escamas encanallecen más que alegran porque la naturaleza no es tan pródiga en entregarse al sacrificio y paciencia de los desesperados seres. Solitario, el trabajador, en su dura faena, la abandona al cabo de la jornada para tomar venganza en sus congéneres, para dar salida a sus morbos y frustraciones. Entonces, la tristeza se suple por la vocinglería, el insulto, la procacidad, la reyerta y –a veces- el crimen”.

LIBROS
Novela: La caída (1974); Zarabaya (1976).

Ref.- Salazar, La caída, solapa y p. 11; Salazar, Zarabaya, contratapa y p. 59-60; Cáceres, Diccionario Literatura, 216; Lora, Diccionario, 507


COPYRIGHT: Elías Blanco Mamani


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