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lunes, 28 de mayo de 2012

ANA MARIA VERA WOUDSTRA

VERA WOUDSTRA, Ana María (La Paz, Bolivia, 1965).- Concertista de piano.
De padre boliviano (Mario Vera) y madre holandesa (Marianna Woudstra), quienes fueron además sus maestros. Hizo su debut público a la edad de cinco años ganando el primer premio en un concurso realizado en el Conservatorio Peabody de Baltimore, Estados Unidos. Su debut con orquesta lo realizó a la edad de siete años con la Sinfónica de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos. Luego toca con la Sinfónica de Bostón bajo la dirección de Arthur Fiedler, con quien realiza giras por todos los Estados Unidos y Canadá. Debuta en Europa a la edad de ocho años, ofreciendo un recital en el Concert Gebouw de Ámsterdam y la Orquesta Sinfónica de Colonia, Alemania. La Casa Philips le otorga el Disco de Oro por sus grabaciones de Mozart y Haydn. A la edad de nueve años, es la solista más joven que se presenta en el Centro Kennedy con la Sinfónica Nacional de Washington. Ha viajado y actuado con orquestas por prácticamente todos los continentes. Como homenaje a su talento, el Estado boliviano la honró poniendo su imagen en un sello postal y por Resolución del Congreso Nacional desempeñó el cargo de Agregada Cultural en la Embajada de Bolivia en Francia.
La crítica internacional ha destacado la calidad de los conciertos de Ana María Vera, del conjunto citamos por ejemplo lo publicado por ‘Los Angeles Times’, de California: "Parecería un acto atrevido para una joven pianista ejecutar la monumental sonata en si menor de Franz Liszt que requiere un técnica, experiencia, conocimiento musical y fuerza física de alto grado para su interpretación. Ana María Vera, frente al piano, barrió toda posible duda al respecto. La intrépida bravura de su ejecución reveló su dominio total del instrumento y una profunda percepción musical que  presentó, abrumadoramente, el intenso drama de la estructura cíclica de esta sonata. El ultra refinado uso del pedal nos llevó, bajo una divina atmósfera, a esas regiones etéreas de esta gran obra. Ana María Vera reservó su poderosa fuerza interpretativa hasta el punto culminante que precede la expiración final de esta composición. Escucharla fue una emocionante experiencia que excitaba infundiendo respeto y un agudo temor reverencial. Extraordinario talento".
Walter Montenegro dijo tras uno de sus conciertos: "En el registro de las grandes intérpretes del mundo, está Ana María Vera, la hija predilecta de su país. El concierto del 6 de Agosto, fue el mejor regalo que recibió Bolivia en su Día Nacional".
En diálogo con Cecilia Bayá, se expresó sobre Bolivia y la música al decir: “Nuestro pueblo, como todos los pueblos del mundo, es rico en sensibilidad, captan con la misma percepción las expresiones bellas de la vida y la naturaleza. Que los gobiernos no comprendan, ésta es la tragedia que más hiere a nuestro pueblo”.

Ref.- C. Bayá, “El rostro andino de A.M.V.”, Presencia/Gente, 17.10.1992, 3; G. Iñiguez, "Conversando con A.M.V.", Hoy/Domingo, 22.05.1988, 31-33; M. Ríos G., “A.M.V. y Beethoven”, UH/Semana, 31.07.1994, 7; Rivera, Música y músicos, 61-63; F. Díez de Medina, “A.M.V., la niña prodigiosa”, DL, 05.12.1976, 3; Rótterdam Niusblad, “A.M.V.”, Presencia/Dominical, 15.10.1989, 8










Ana María tocando el piano en el Salón de la Cancillería Boliviana.





FOTOS: Elías Blanco (2011)

COPYRIGHT: Elías Blanco Mamani

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