MONTENEGRO
QUIROGA, Armando (Cochabamba, Bolivia, 1901 – EEUU, 1953).-
Ensayista, escritor y periodista.
Asistió a la
Guerra del Chaco. Alcalde de la ciudad de
Cochabamba. Trabajó como redactor de ‘Los Tiempos’ y fundó el diario ‘El Valle’
(1945) de la ciudad del Cochabamba. Luego se incorporó al servicio diplomático
boliviano.
Augusto Céspedes, al hacer una definición de Montenegro,
escribió: "Claro y ancho como el
alma blanca del toborochi. Pesado y rítmico como el oso. Armando Montenegro es
un dulce vagabundo de involuntaria y proteiforme adaptabilidad a climas
contemporáneos, que caminan a través de su propia vida con el equipaje de sus
80 kilos, su humor, su corazón y su guitarra. Lo mismo boxea, dibuja y canta,
bebe o escribe que toca el instrumento de blanco vientre femenino que es como
el de la mujer de espaldas tostadas en la playa. La guitarra actualmente de
Montenegro- es también como el hombre cosmopolita, que ya no se sabe si es
moro, andaluz, ruso, gitano, negroide o boliviano criollo".
Es autor de dos novelas Entre dos mundos (1942) y Víctima
de los siglos (1955), en la primera de ellas, Montenegro escribe sobre su
tierra natal: "Tierra cochabambina,
luminosa y pródiga, húmeda y fecunda. El verde limpio de tu fronda fatiga los
ojos con la visión de ignotas lejanías. Tierra de trigales, de molles y de sol;
de alocadas lluvias de la primavera, del
agrio sabor de tierras en celo. Oh campos en que vibra el dislocado grito del
hornero sabio!... Generosa madre de inmensos maizales, madre de cósmico vientre
y poderoso fruto. Para ti, prodigiosa tierra, para ti, carne de Dios”. Entre dos mundos trata de sus experiencias
en tierras norteamericanas, Brodway y otros escenarios.
Y en otro fragmento de esta
obra, en el capítulo rotulado como ‘Pachamama’, Montenegro escribe: “Mañana azul de ilusiones en que parto
a la patria… / El trencito silba en el pequeño andén de Arica y, poco a poco,
como una oruga, conquista las alturas de Bolivia. El altiplano se insinúa con
sus peladas pampas de sol y de espejismos. En la llanura diáfana y sin fin, se
tiende temblorosa la vibración eléctrica del calor como una pulsación de
fiebre. / Mi corazón está plena de distancias. / El tren se detiene, al
atardecer, en Charaña, primer puesto patrio de la frontera con Chile. Cholas bolivianas
de brillantes polleras ofrecen a lo largo del convoy sus viandas y, más allá,
en el edificio del resguardo, como un abrazo de bienvenida a mi ansiedad,
flamea contra el cielo azul la siempre tierna bandera de colores lumínicos”.
Su segunda novela
Víctima de los siglos, es descrita
por los editores en la solapa del libro en los siguientes términos: “El autor destina la primera parte de este
nuevo libro para trazar con habilidad crítica, un panorama de la lacerante vida
boliviana de la primera mitad de siglo, para, luego, en un gigantesco salto
imaginativo, transportarnos al año 6943 de vida de la humanidad. El lector
queda deslumbrado por del derroche de imaginación de que hace gala Armando
Montenegro para describir la sociedad futura, científicamente concebida”.
LIBROS
Novela: Entre dos mundos (1942); Víctima de los siglos (1955).
Otros: Andrajos (evocaciones, 1936); El hombre y la ciudad (1963); Figuras de Cochabamba (1965); Imágenes de ayer (1975).
Ref.-
A. Montenegro, Entre dos mundos, 1942, “Dedicatoria”, 7; A. Montenegro, Víctima
de los siglos, 1955, solapas; A. Céspedes, “Guerra en los cuentos de A.M.”,
UH/Semana, 11.06.1982, 8; Costa, Catálogo: I, 705; Guzmán, Novela en Bolivia,
148-49; Lora, Diccionario, 353
COPYRIGHT: Elías Blanco Mamani
Hay un error en la fecha de fallecimiento?
ResponderEliminarBonito trabajo. Sin embargo habria que corregir la fecha de su fallecimiento. Un abrazo.
ResponderEliminarSi. Compusimos juntos (cuando yo todavia era joven) obras guitarrísticas en la década de 60. Cuanfo él vivia en la calle Ecuador de Cochabamba. Y todavia vivió muchos años después. Si no me equivoco, más o menos en 1976/77
ResponderEliminarCreo que me expliqué mal. Yo lo vj todavia bien en esos años. Hacia poco tiempo habia fallecido su señora esposa (si mal no recuerdo llamada Amanda). Aquel año tocamos todavia guitarra.
ResponderEliminar