MACHICADO VISCARRA, Flavio (La Paz, Bolivia, 1898 - 1986).- Amante y divulgador de la música clásica.
Creador de las denominadas ‘Flaviadas’ que eran sesiones de audición de obras de los maestros de la música clásica universal.
El mismo autor cuenta: "En mi casa, todos se sentían libres. Nunca se cerró la puerta a nadie. /.../ Pero para mí la idea fue siempre la misma: abrir las puertas de mi casa para que entrarse el que quisiera, sin invitación previa a escuchar música... Siempre me ha gustado conocer la vida de los grandes maestros; ello ayuda a entender su obra".
Radicó de niño en Perú y Chile (1908-1914) donde asistió al ‘San Luis English College’ y luego pasó a EEUU para estudiar finanzas en la Universidad de Harvard (Boston), hasta 1918. También asistió al Colegio Militar de Riverview Academy.
En aquel país creció su gusto musical, Flavio Machicado recuerda: “En 1916, podríamos decir, se da la primera flaviada, la primera sesión de las que luego se llamarían Flaviadas. /…/ Caminando por la playa, escuché música. Me acerqué al lugar y encontré que la música salía de un nuevo aparato de sonido, la sonora (de RCV). Como tenía dinero, inmediatamente me compré el aparato y los discos que servían. Entonces los escuchaba en mi cuarto. Una noche muy calurosa, al terminar el disco y las obras, escuché un aplauso cerrado: eran mis vecinos del patio donde vivía, quienes sacaron su silla y escucharon en silencio. Podría decirse que fue mi primera Flaviada. /…/ En Boston hice mi primera colección de discos…”.
Retornó a Bolivia en 1922 para desarrollar diversas actividades económicas, entre ellas el buscar industrializar la cantera de Comanche, propiedad de su familias, famosa por la calidad de sus piedras que sirvieron incluso para la realización de obras maestras de Marina Núñez del Prado, sin embargo “La cantera de Comanche fue mi mayor frustración de mi vida, al no haber podido industrializarla y hacer que esta piedra preciosa permita beneficiar a todos”, lamentó el autor.
En 1938 estableció las ‘Flaviadas’ en La Paz, accionar que siguió hasta su fallecimiento. Su archivo estuvo conformado de miles de discos. Sobre su pasión por la música decía Don Flavio: “Soy loco por la música –por la música buena- y aquí he venido a reconocer su importancia y los encantos que encierra; desgraciadamente mis pasos durante la infancia y pubertad, siguieron otros caminos y así dejé de aprender aquello que hoy admiro con tanto frenesí. La música tiene para mí los encantos más sublimes, capaces de hacerme olvidar todas las pequeñeces de este pobre y miserable mundo”.
En 1981 Walter Montenegro anotó: "La topografía de La Paz hace que, para llegar hasta el escenario de las Flaviadas, en Sopocachi, haya que ascender desde la calle por un sendero y muchos escalones de piedra, como buscando en la montaña, la gruta secreta en que se oficia el rito sabatino del propicio culto de la música. Un permanente y generoso servicio a la cultura, por el que esta ciudad tiene con don Flavio Machicado, una deuda difícil de pagar".
Actualmente existe una Fundación que lleva su nombre (1997), que intenta seguir con la obra de Don Flavio. Ha dejado además un patrimonio documental que supera las 80.000 piezas, con ejemplares que datan desde principios del 1800 y que ahora está en poder de la Fundación.
Ref.- L. Cajías, Flavio Machicado V., 1994, 106 pp.; Eduardo Machicado Saravia, Conversaciones para una reflexión histórica La vida de don FMV, 2006, 302 pp; J. Canelas S., “Las Flaviadas de Don Flavio”, UH/Semana, 29.08.1986, 3; W. Montenegro, “F.M. y las Flaviadas”, UH/Semana, 11.07.1986, 3; W. Montenegro, “Don Flavio redivivo”, Presencia, 28.08.1988, 6; M. Ríos G., “F.M.V. en el recuerdo”, UH/Semana, 06.09.1987, 15; C. Seoane, “Una evocación de don F.M.”, UH/Semana, 29.08.1986, 2; Rivera, Música y Músicos, 238-40; F. Machicado en Conversaciones para una reflexión…, de Eduardo Machicado, 2006, 117, 253 y 272; Javier Badani, “Machicado, el hombre de papel”, LR/Tendencias, 31.05.2009, C1-2
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