Seminarista y abogado titulado. Se desempeñó como
profesor de literatura en colegios de La
Paz (1866-1893). Incursionó en política hasta llegar a ser
diputado (1894-1898). En el terreno periodístico estuvo ligado a varios medios
y llegó a ser director de ‘La
Defensa’ (1908).
Gustavo Adolfo Otero comenta: “Se ha distinguido por sus ideas católicas, siendo un escritor sencillo,
claro e ingenuo”. Esta cualidad es confirmada por los editores de Cuentos
bolivianos al señalar: “Se colige por su
lectura que la presente colección de cuentos, históricos en su mayor parte, ha
sido dispuesta con fines de propaganda moral y católica…”.
Su faceta poética está expresada en las piezas ‘Épica’
(1869) y ‘Bolívar’ (1884) según registra Luís Felipe Vilela.
El poema titulado ‘Soledad’ dice en parte: “La sombra de la noche solícita ya espera /
Para envolver el orbe con lúgubre capuz, / En tanto que en la cumbre de Illampu
reverbera / Del moribundo día la enrojecida luz. / Las tenebrosas nubes
cruzando por el cielo / La silenciosa tierra parecer entoldar; / Porque apenas
la vista tras de su negro velo / Divisa alguna estrella de tímido brillar”.
LIBROS
Cuento: Cuentos
bolivianos (1908); Nuevos cuentos
bolivianos (1920).
Otros: La hija del
español y el patriota (leyenda en verso, 1872); Homenaje literario a la Virgen Santísima (1904).
FUENTES: A. Guillén Pinto,
“Breves semblanzas…”, LP IV Centenario: II, 367 (y I, 353); Otero, Crestomatía, 13; Vilela, Antología, 116-120; J.S. Machicado,
presentación de Cuentos…; Costa, Catálogo: I, 643-44; Quintana/Duchén, Pasión,
377
D.R. COPYRIGHT: Museo del Aparapita / Elías Blanco Mamani
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