GUZMÁN ASPIAZU, Mario (La Paz, Bolivia, 1925 -
1972).- Novelista, cuentista y periodista.
“Por su integridad, merecimientos y capacidad, puede ser considerado como
el periodista más representativo de mediados del siglo XX”, señalan los periodistas Raúl de la Quintana y Ramiro Duchén.
Célebre por su columna titulada ‘Panorama Móvil’, en que
firmaba como ‘Sagitario’ y publicada en ‘Ultima Hora’, medio del que llegó a
ser director (1957). También estuvo ligado a ‘El Pueblo’ y ‘El Diario’.
René Bascopé destaca los valores del autor al anotar:
"Quienes lo conocieron /.../
reconocen en SAGITARIO a un espíritu superior no por la obra que produjo o que
pudo haber producido, sino por su conducta en la vida. Era ante todo un hombre
que poseía una fundación de valores sólidos, y estos valores le hacían ver a la
vida -a la suya y a la de los demás- en
un contexto de esperanza".
El estudioso Jacobo Libermann destaca la novela Hombres sin tierra definiendo: “constituye el primer intento literario que
ha encontrado el tema mismo de la Reforma Agraria como central,
alrededor del cual gravitan las esperanzas de todo un pueblo. He aquí su
mérito, porque, seguramente, permitirá que otros escritores jóvenes tomen la
pluma –mejor dicho la máquina- para seguir en la misión de lo que un poco
pomposamente podríamos llamar ‘el hacer cultural’, sobre la base de las substanciales transformaciones a que
concurre el pueblo de Bolivia”.
El escritor Luis Raúl Durán por su lado se refiere a Canchamina anotando: “La novela Canchamina, tampoco resulta un
ensayo, sino la rotunda confirmación de la existencia de dos verdaderos
noveladores que ya escribieron las páginas de ‘Chuño palma’ y ‘Hombres sin
tierra’. Los lectores dirán si esta novela es o no de la mina. Lejos de toda
demagogia política, con verismo patético y talento literario, vemos en ella un
retrato perdurable de la explotación minera de Bolivia”.
Sus convicciones y su amor por Bolivia se dejan ver en el
siguiente texto -cit. Quintana/Duchén- de Guzmán Aspiazu: “Es evidente que nadie les puede exigir –o imponer- el sacrificio, la
lealtad para con esto que es Bolivia. Lo que no advierten es que Bolivia no
habrá de quedarse como está. A medio camino. Al final tendrán que marcharse. Y
que en la playa extranjera, extraña, sean muy felices. / Pero habrá un día
–también- en que reconocerán que la tierra boliviana –pese a su deformación, a
su atraso- no puede arrancársela del corazón”.
LIBROS
Novela: Hombres sin
tierra (Premio Municipal ‘Alonso de Mendoza’, 1956); Canchamina (coautor, 1956).
Cuento: La vieja voz del
miedo (1990).
Ref.-
J. Libermann, prólogo a Hombres sin tierra, XV; L.R. Durán, noticia en
Canchamina, 5; E. Blanco, “Páginas de Gesta”, UH/Semana, 14.01.1996, 12-13;
Quintana/Duchén, Pasión, 301-2; R. Bascopé, “Panorama móvil...”, UH/Bodas de
oro, abril 1979; Abecia, Gesta Bárbara, 2000, 60-61
COPYRIGHT: Elías Blanco Mamani
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