PÉREZ
DE HOLGUÍN, Melchor (Cochabamba, Bolivia,
1660? – Potosí, Bolivia, 1733?).- Pintor de la colonia.
Fueron sus padres Don Diego
Pérez de Holguín y Doña Esperanza Flores. No se conoce detalles de su infancia
y juventud. Se presume que radicó por algunos años en Lima (se afirma que allí
tuvo por maestro a Diego Quispe Tito) y que viajo a España para formarse
académicamente. Hacia 1693 se traslada a Potosí, para allí desarrollar
el grueso de su obra. Era la época en que esta ciudad de leyenda alcanzara fama
y esplendor por las fábulas riquezas que se extraían de su cerro de plata.
Realizó los retratos de los Condes de Carma, quienes apreciaron su talento y lo
protegieron en consecuencia. En varios años de trabajo, hizo más de mil
cuadros. También pintó cuadros que adquirieron rango de interés histórico como
el titulado ‘La entrada en Potosí del Arzobispo Rubio Morcillo de Auñón’
(1716), en la que se observan detalles de la Villa Imperial y
recupera las costumbres de la época;
hizo cuadros grandes, casi murales, de los cuales destaca ‘El triunfo de
la Iglesia’
(1706) y ‘El Juicio Final’ (1708), ambos instalados en la parroquia de San
Lorenzo de Potosí. Prácticamente pintó a todos los santificados de su tiempo.
Las dos series de Evangelistas (hechas en 1714 y 1724 respectivamente) están
entre las más preciadas. Uno de los cuadros más conocidos es ‘Descanso en la
huida de Egipto’, que está en exposición permanente en el Museo Nacional de
Arte de La Paz. Fue
conocido entre los potosinos por el sobrenombre de ‘Brocha de Oro’.
José de
Mesa y Teresa Gisbert lo definen: "Es
el pintor más importante del barroco en Charcas /.../. Su pintura es netamente
barroca, inspirada en fuentes flamencas, sigue a la escuela española en el
colorido y el concepto, especialmente a Zurbarán. Su pintura refleja el
escetismo (personas que hacen vida austera para lograr su perfección
espiritual) y el misticismo de la época. Cala hondo en la psicología de los
santos que representa".
Otra
valoración es de Wilson Mendieta Pacheco quien anotó: "Melchor Pérez de Holguín, a medida que pasa el tiempo, cobra o
rescata actualidad y su pintura es eterna, inconfundible, sobrecogedora. /.../
Por ello, Holguín, merece ser rescatado definitivamente del olvido y la
indiferencia para colocarlo en el lugar de privilegio que le corresponde en la
pintura virreinal como un grande exponente del arte mestizo ligado a la
herencia española".
Ref.- Adolfo Morales,
“M.P. de H. Primera noticia cierta sobre el hombre”, LR/2da. Sección,
09.05.1948, 3; V. Gesualdo, Enciclopedia del Arte en América: I, 1968, 134-35;
C. Coello, "El barroco en el Alto Perú", Signo, 9, 1968, 20-43; J. de
Mesa/T. Gisbert, Holguín, 1977, 359 pp.; W. Mendieta, “Las pinturas de M.P. de
H.”, Presecia/Dominical, 15.07.1990, 6-7; Mesa/Gisbert, La pintura en los
museos de Bolivia, 1990, 32 y otras; C. Mesa, "Los diez pintores más
significativos de la historia del arte boliviano", UH/Semana, 26.08.1983,
10-11; T. Gisbert, Diccionario Histórico: II, 517-18
CUADRO: Detalle de una de las obras de Melchor Pérez.
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Elías Blanco Mamani
Muy ilustrativo, le escribire pronto, Sr. Blanco.
ResponderEliminarMuchas gracias