TAMAYO
SOLARES, Franz (La Paz, Bolivia, 1879 - 1956).- Poeta, ensayista, dramaturgo y
pensador. También destacó en el periodismo y la política.
Abogado (1905). Fundador de ‘El Fígaro’
(1915) y director de ‘El Diario’ (1913) y ‘El Hombre Libre’ (1917). Parlamentario
y fundador del Partido Radical. Electo Presidente de la República (1934), pero un golpe de estado evitó que asuma el mando.
Carlos Medinaceli, en 1944, destacó las
distintas facetas del autor al señalar que "en Tamayo no sólo hay el poeta, /.../ ahí está el luminoso exegeta de
Horacio, el pensador de Proverbios, el sociólogo de El Duelo y, sobre todo a
más del sociólogo, el psicólogo de la raza, el orientador de la educación
boliviana, el apóstol del americanismo insurgente y el fichteano profesor de
'la energía' en Creación de la Pedagogía Nacional".
El historiador
Juan Siles Guevara también destaca el libro citado al anotar: “Creación de la Pedagogía
Nacional es un extraordinario producto de su tiempo. Hay en ella fuertes ecos
de las teorías de Taine sobre el medio y del racismo finisecular europeo, y,
especialmente, de la ideología alemana de Niestche. Con todo, por su fuerte
afirmación del indio –uno de los elementos básicos de Bolivia- y del influjo
del medio telúrico, ha sido uno de los libros capitales del pensamiento
boliviano, y el punto de arranque de la corriente de una ‘Mística de la
tierra’. Por eso , su papel en Bolivia ha sido similar al de los ‘Discursos a
la Nación Alemana’ de Fitche. El ensayo de Tamayo, escrito en lengua vigorosa, mantiene
su permanente mensaje de afirmación de Bolivia a través de los tiempos”.
Y precisamente en este su libro en que
reflexiona sobre temas pedagógicos, Tamayo anota en un párrafo: “Lo que hay que estudiar no son métodos
extraños, trabajo compilatorio, sino el alma de nuestra raza, que es un trabajo
de verdadera creación. Son los resortes íntimos de nuestra vida interior y de
nuestra historia los que sobre todo el gran pedagogo debe tratar de descubrir.
Es sobre la vida misma que debe operar, y no sobre el papel impreso, y en este
sentido es una pedagogía boliviana la que hay que crear, y no plagiar una
pedagogía transatlántica cualquiera”.
Jaime Saenz se refiere a la dimensión del
poeta: “En poesía
Tamayo es el titán, que nos ha dado mucho, mucho, y su obra va a trascender a
lo largo de muchos años. Es la expresión profunda del genio de la tierra. No
hay ningún otro poeta comparable a Tamayo en Bolivia, ninguno lo sigue de cerca”.
Uno de sus poemas más celebrados es
‘Claribel’, que en parte deja leer: “En
la desolada tarde, / Claribel, / al claro de un sol que no arde, / Claribel! /
Me vuelve el amante alarde / aunque todo dice ‘es tarde / Claribel’. /…/ El
tiempo es por siempre ido, / Claribel, / y eres quizá todo olvido, / Claribel!
/ Mas yo, iluso descreído, / aun pienso que me has querido Claribel! /…/ Una
música escondida / -Claribel- / eres por siempre en mi vida / Claribel”.
Poesía: Odas (1898); Nuevos Rubayat (1927); Scherzos (1932); Scopas (1933); Epigramas
griegos (1954).
Ensayo: Creación de la pedagogía nacional
(1910); Horacio y el arte lírico
(1915).
Pensamientos: Proverbios sobre la vida, el arte y
la ciencia (1905).
Teatro: La Prometheida o las océanides (1917).
Otros: Ley capital (1930); Tamayo rinde cuenta (1947).
Ref.- C. Medinaceli, “Franz Tamayo, el libro que se le debe”, Rev. De Bolivia, 73, 1944, 8-9 y 30; F. Tamayo, Creación de la Pedagogía Nacional, 1944, 10; Siles, Cien obras, 1975, 439-451; J. Saenz, en Provocaciones, 1977, 206; Quirós, Cien poesías, 184-86; Quintana/Duchén, Pasión, 625-26; Arze, Diccionario Escritores, 182-83; Blanco, Diccionario de Poetas, 2011, 182-183
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Elías Blanco Mamani
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