Corresponsal de la agencia inglesa ‘Reuters’. Editor de
la revista ‘Punto y Coma’. También ligado a radioemisoras, para los que
escribió radioteatros.
Su primera novela Chuño Palma (1948), es
presentada por Mario Flores: “Víctor Hugo Villegas, periodista inquieto y
talentoso, ha escrito esta novela. Chuño Palma, y la ha calificado de ‘novela
de cholos’ para darle quizás una
orientación al lector, que el lector no necesita, porque a través de sus
páginas emocionadas, de la nítida psicología de sus personajes, de la trama
maestramente llevada a término, se capta fácilmente el espíritu con que fue
escrita esta obra que ha de quedar en la literatura boliviana como un feliz buceo en el alma, en la
idiosincrasia de ese sector de la población criolla que se ha dado en llamar
‘cholo’. Sus pasiones, sus vicios y la grandeza de ese resultado del mestizaje
que culmina en muchos héroes de nuestra independencia y de la liberación de
América y que aquí en la novela de Víctor Hugo Villegas está simbolizada en esa
admirable figura de mujer y de ‘chola’ que es la Trini, madre de Chuño Palma”.
Humberto Vásquez Machicado tras leer Chuño Palma, comentó: “No
obstante de haberse apuntado algunas faltas, es preciso hacer constar los
méritos que tiene, y hacer honor al autor por sus condiciones estilísticas y
por su habilidad descriptiva. Para ser primer ensayo en el género, es mucho
obtener y es seguro que perseverando podrá producir algo valioso como aporte al
conocimiento de nuestro medio y de nuestro pueblo”.
El escritor Luis Raúl Durán por su lado se refiere a Canchamina y sus dos autores, anotando: “La novela Canchamina, tampoco resulta un
ensayo, sino la rotunda confirmación de la existencia de dos verdaderos
noveladores que ya escribieron las páginas de ‘Chuño palma’ y ‘Hombres sin
tierra’. Los lectores dirán si esta novela es o no de la mina. Lejos de toda
demagogia política, con verismo patético y talento literario, vemos en ella un retrato
perdurable de la explotación minera de Bolivia”.
En un fragmento de Canchamina, los autores
describen el rigor de la mina: “En el socavón, el carburo es la luz y, ¿por
qué no? La vida. Cuando lo distribuyo me provoca náuseas. Los mineros se
marchan con sus lamparines cargados. Es la primera punta del día. Otra vez
estoy amarrado en esta noria. ¿Cuándo, en alguna madrugada, asomará el sol al
rancherío del Supay-Kollo?... ¿Será perpetuo este paisaje grisáceo? Salgo a
respirar aire. Los mineros se pierden en un recoveco. Ya el viento ha llegado
para afilar sus dardos en mi sangre. La pestilencia del carburo se la diluido”.
A decir de Luis Alberto Pabón “El periodista domina al literato. Sus períodos son cortos: traza
rápidamente sus imágenes y no se ocupa de retocarlas”.
LIBROS
Novela: Chuño palma (1948); Canchamina (coautor con Mario Guzmán A., 1956).
Teatro: Murillo el insurgente (1966).
Ref.-
V.H. Villegas, Chuño Palma, 1948, solapas; Pabón, “La novela…”, LP IV
Centenario: III, 69; Pabón, “Del teatro…”,
LP IV Centenario: II, 91; H. Vásquez, “Notas y comentarios…”, LR/Letras,
07.11.1948, 2; V. Villegas/Guzmán, Canchamina, presentación y p. 51; Díaz,
Prosa y Verso: II, 59
COPYRIGHT:
Elías Blanco Mamani
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