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Gracias por citar la fuente en cualquier reproducción que se haga de este material. D.R. Elías Blanco - Museo del Aparapita.

sábado, 18 de febrero de 2012

DAVID MONDACCA ARAUZ



MONDACCA ARAUZ, David (Beni, Bolivia, 1955).- Actor y director de teatro.
Se inició en el teatro en 1973. Pasó a la televisión y actuó para varios videos. Creador del grupo ‘Quartocreciente’ (1991).
Sus presentaciones más exitosas fueron la trilogía sobre la obra de Jaime Saenz, compuesta por: No le digas (1998), Santiago de Machaca (2001) y Los cuartos (2004). El 2011 presentó la obra ‘Aparapita’, basada en capítulos de la novela Felipe Delgado del mencionado Jaime Saenz.
Fue nominado ‘Embajador del Teatro en el Mundo’ por el XV Festival Temporales Internacionales de Puerto Montt, Chile (2004). En los últimos años ha dictado talleres de teatro en la ciudad de El Alto. El año 2009 ganó el premio de escritura dramática ‘Adolfo Costa Du Rels’, con su obra ‘El santo del cuerno’, basada en una serie de testimonios acerca de las vivencias de los lustrabotas.
Mabel Franco Ortega lo valora: “Que es un profesional, no cabe duda. Ya lo dijimos y sin embargo sorprende siempre su dominio de la voz (volumen, entonación), de los gestos y del cuerpo (Mondacca salta, corre, se contorsiona, pero nunca se sale del estrecho margen de la imaginaria celda)”.
Al hacer un balance de su actividad teatral hasta el 2011, Mondacca dijo en entrevista con el diario ‘Cambio’: “Estoy cumpliendo casi 40 años de hacer teatro y las condiciones de cuando comencé a mis 17 años son casi las mismas. Es decir, no se reconoce al actor y hay una crítica improvisada que fácilmente hace concesiones consagrando  a la amiguita de turno o descalificando el trabajo de aquel ‘por que no le cae’ limitándose a: me gusta, no me gusta, me choca, no me choca, etc. / Existe un público ávido de ver lo suyo y poder reconocerse en la escena. Tal vez  pueda darle un nombre a todo lo que estoy diciendo: hay que bolivianizar nuestro teatro, tenemos que exaltar nuestros valores. Como nunca antes este asunto de la identidad  está presente y nuestro teatro tiene que volcar la mirada a lo que es suyo. Wilder Cervantes –una figura máxima de la dramaturgia nacional, un hombre muy conocido sobre todo en el exterior-, decía que había que encontrar a nuestro propios héroes en nuestro teatro, y nuestros héroes están en nuestros ojos. Ante el fenómeno de la globalización, que intenta borrar los rasgos propios de los pueblos, nuestro teatro debe aferrarse a lo que somos. Parto de esta premisa: háblame de tu pueblo y serán universal”.
Obras unipersonales en escena: Eureka (1993); Carnet de Identidad (1989).

LIBROS

Teatro: El santo del cuerno (2009).

Ref.- M.T. Soria, Teatro 1980-1998, 182-83; L.H. Antezana, “Son el uno para el otro”, La Prensa, 22.10.2004, A24; Z. Hinojosa, “Un actor que nunca transó…”, Presencia/Reportajes, 30.11.1997, 12; Sergio Soliz, “No le digas…”, 11.09.1998, 11b; Carolina Virreira, “La clase media es la más ausente…”, UH, 23.06.1989, 8; M. Franco, Programa Eureka, LP, s,f,; G. Arauz, “D.M.: Borrarme bajo la piel…”, LR/Ventana, 02.05.1993, 12-13; Molina, 100 personajes, 173; Rey González, “Hay que bolivianizar…”, Cambio/La esquina, 27.03.2011, 4-5


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