Entre 1869 y 1873 radicó en Chile. Se dedicó a la
docencia, dictando clases en escuelas, hasta llegar a ser Inspectora de
Primaria. Fundadora de la ‘Sociedad de Beneficencia de Señoras’.
Un juicio valorativo sobre su labor fue manifiesta en
1966, en que los editores del diario ‘Ultima Hora’ decían: "Fue una de las grandes promotoras de la
educación de la mujer, en épocas en que ésta, a veces, se sustraía a la
escuela. Épocas oscuras todavía en que el papel de la mujer se cercaba con las
'labores femeniles' y no tenía más horizonte que el del matrimonio. /…/ Natalia Palacios es arquetipo de la mujer
boliviana, inquieta por las elevadas actividades sociales y educativas, sin
perder el espíritu delicado y tierno de la feminidad".
El poema ‘Rosa de Alejandría’ dice en parte: “Bella flor alejandrina / y peregrina, / que
el aura blanda te mece / y en tu cáliz aparece / una gota cristalina. / Es tu
aroma delicado / y perfumado / el suave ambiente que exhalas, / pura ostentando
tus galas / descuellas en verde prado”.
Su producción literaria está
plasmada en versos sueltos, bajo los siguientes títulos: Himno Patriótico al Ejército del
Libertador (1871); La violeta
(1875), Llanto sobre la tumba de mi padre
(1863), La Rosa de
Alejandría (1868). También ha escrito los ensayos: Ensayo sobre la educación de la mujer
boliviana (s.f.); Necrología de
Modesta Sanjinés Uriarte (s.f.); Ensayos
literarios (s.f.).
Ref.-
A. Guillén Pinto,
“Breves semblanzas…”, LP IV Centenario: II, 391; V. Calderón, "Semblanza de
maestros bolivianos", UH, 04.08.1949, 7; UH/Sup. de los jueves, “Mujeres
en la historia”, 17.02.1966, 3; Vilela, Antología poética, 100; Blanco,
Diccionario de Poetas, 2011, 141-142
COPYRIGHT: Elías Blanco
Mamani
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