DÍAZ VILLAMIL, Antonio (La Paz, Bolivia, 1896 - 1948).-
Escritor, tradicionista, dramaturgo e historiador.
Profesor de
Estado (1921) en las materias de historia y geografía. Director del Colegio
‘Bolívar’ de La Paz. Director de la Escuela Nacional de Arte Escénico (LP,
1940). Delegado al I Congreso Indigenista
Interamericano (México, 1940). Director General de Educación.
Antonio Paredes Candia lo destaca: "Díaz Villamil conocía en
profundidad la psicología indígena y por ello utilizaba algunas de sus observaciones
como elementos de sus leyendas, además llenaban un vacío notorio. Pero tiene su
obra algo por la que será siempre recordada: es un alegato en favor de la raza
nativa; son escritos en que se realzan las virtudes del indio y de las clases
populares".
A decir de Alfredo Guillén Pinto, Díaz fue “Fecundo, fecundísimo y
siempre en curva de ascensión. Primero escribió, numerosos libros para sus
alumnos. Luego puso el pie en el terreno de la novela, en el del cuento, en el
del teatro. Hizo la bisección de los tipos nacionales, sacudió los problemas
sociales de Bolivia, hizo culto de la patria, escudriñó el pasado y abrió,
amplias, las alas de su ágil imaginación. Sus obras llegaron al alma del
pueblo, y allá han de supervivir”.
El escritor Porfirio Díaz Machicao destaca su faceta teatral: “Díaz Villamil es el mejor artista creador
del teatro de Bolivia. Ha realizado un indeclinable trasunto del mestizo
boliviano, héroe de una dramaturgia de raza y belleza”.
Fue director y coordinador de la monografía La Paz en su IV Centenario,
en cuyo prólogo anotó: "El alma
misteriosa del autóctono es otra incógnita inquietante para los psicólogos y
educadores. /.../ La Paz, con todo lo que vale o cree valer, existe para
beneficio de la Patria Grande, por cuya prosperidad y ventura /.../ seguirá
como hasta hoy laburando, tesonero, cordial y atento de espíritu, e incansable
en la brega, por la grandeza de Bolivia, el solar común de la
nacionalidad".
Una de sus obras más difundidas es la novela La niña de sus ojos (1948), y que ha sido comentada por el
crítico Juan Quirós García en los siguientes términos: “Si quiere un tema
nacional, alguno que defina puntualmente a una clase –digámoslo así- social del
país? Lo tenemos en La niña de sus ojos de Antonio Díaz Villamil. /…/ La birlocha
emerge en estas páginas con una objetividad y exactitud tales, que no se podría
pedir más. Su proceso psicológico va desarrollándose paso a paso, con el cual
el autor logra presentárnosla en efigie
completa y acabada. /…/ Los personajes de la novela saben dónde pisan, y cuanto
hacen vemos que los hacen con la mayor naturalidad del mundo, y con esa misma
naturalidad nos familiarizamos con ellos. La trama despierta el interés desde
el comienzo. Díaz Villamil tiene destreza para complicar las situaciones, y
naturalidad para descifrarlas. Eso no quiere decir, sin embargo, que en algunos
pasajes deje de recurrir a arbitrios un tanto artificiosos, por querer llevar
todas las aguas a su molino. Maneja además un diálogo fácil y espontáneo. Sus
descripciones del ambiente, sobre todo de nuestras costumbres populares,
alcanzan admirable verismo”.
Su segunda novela, Tesoro de los Chullpas (1930), ha sido
comentada por Augusto Guzmán, quien hace el siguiente resumen: “Es una
pequeña novela de 100 páginas, cuyo argumento se acomoda a probar la
superstición indígena de que desenterrar chullpas (momias antiguas) acarrea
desgracia a los exhumadores. Dos primos que se aman y van a casarse, caen en la
tentación carnal de cuyas resultas ella tiene un hijo en la finca, a orillas
del lago, mientras él viaja a Europa a vender el tesoro de los chullpas. Por
ocultar su culpa al padre, que llega sin aviso a la hacienda, deposita la
criatura en el hueco de los chullpas donde la devoran los buitres. Alterada la
joven con este hecho, el día de la boda se suicida largándose al precipicio con
su traje nupcial”.
LIBROS
Novela: La niña de sus ojos
(1948); El tesoro de los Chullpas
(1930); Plebe (1943).
Cuento: Khantutas
(1922); Tres relatos paceños (1945).
Tradición: Leyendas de mi tierra (1929); El Ekheko
(1945).
Teatro: La herencia de Caín (1921); La voz de la quena
(1922); El nieto de Tupac Katari (1923); La hoguera (1924); La
rosita (1928); El traje del señor diputado (1930); Cuando vuelva
mi hijo… (1942); El hoyo (1942); Plácido Yañez. El
Vals del recuerdo. Gualaychos (1947); Nuevo teatro escolar boliviano (1947);
Las dos multas (1989); El tirano Melgarejo y los estudiantes
(1989).
Historia: Curso elemental de
historia de Bolivia (4 v., 1936-1944).
Ref.- Guillén, “Breves semblanzas…”,
LP IV Centenario: II, 374; Pabón, “La novela…”, IV Centenario: III, 65; Pabón, “El
cuento…”, LP IV Centenario: III, 1948, 72; Pabón,
“Del teatro…”, LP IV Centenario: II, 1948, 87; Díaz, Prosa y verso: II, 147-53;
Quirós, “La niña de sus ojos”, PL, 30.01.1972, 3; Díaz Machicao, Antología del
teatro, 1979, 208; A. Paredes, "Tradicionistas bolivianos: A.D.V.",
PL, 06.01.91, 1; R. Salamanca: "D.V.: maestro, dramaturgo...", PL,
15.12.1974, 3; Costa, Catálogo: I, 441-3; M.T. Soria, Teatro Siglo XX, 1980,
123-41; Muñoz, Teatro Contemporáneo, 76-80; Francisco Álvarez, “Medio siglo de
teatro boliviano”, Khana, 33-34, 1959, 332
Copyright: Elías Blanco
Mamani
buuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu no me gusta dise vocabulario
ResponderEliminarme hubier servido pero yo buscaba vocabulario
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