CÉSPED, Man (CÉSPEDES
ANZOLEAGA, Manuel) (Sucre, Bolivia, 1874 - Cochabamba, Bolivia, 1932).- Poeta y floricultor.
Desde su juventud pasó a radicar a Cochabamba donde se
dedicó al cultivo de plantas decorativas en Colomi y Paratji. Militó en el
Partido Liberal y llegó a ser diputado (1913); también se dedicó a la minería
en un principio.
Yolanda Bedregal anotó sobre el autor: "Uno de los pocos cultores del difícil
género del poema en prosa. Gran espíritu franciscano y animista".
Juan Quirós por su lado definió: "Man Césped es un desengañado de los hombres,
que en vez de volverse a Dios, prefiere vivir en comunicación con la
naturaleza. Sus ojos casi no miran al Cielo y su aspiración suprema con muy
poco satisface: con convertirse en un árbol. Por eso, en la plegaria final
exclama así: Madre naturaleza: vuélveme árbol".
La estudiosa Mercedes de
Heredia se refiere de manera puntual a los libros de poemas; en torno a Símbolos profanos, define: “Libro principal de Man Césped, es la obra de un poeta
reflexivo, de un filósofo de la bondad y del amor humano. En él toma los temas
que, por familiares y mínimos, fueron, antes de él, desdeñados por otros
escritores de su generación y de la presente. Le emociona la palpitación de la
vida profunda de los seres pequeños y débiles, el misterio encerrado en la
simiente y en la gota de agua, y también le seduce y maravilla su sabia
arquitectura”.
Respecto de Sol y horizonte, la misma autora anota: “Una cosa se echa de ver
cuando se lee Sol y Horizonte, la obra menor de Man Césped: que le falto al
autor un heroísmo más sostenido, el heroísmo de Flaubert ante el escritorio,
para forjar definitivamente su estilo. En las páginas de este tratado de moral
sin preceptos, de estas plásticas estimulantes, hay puntos débiles que hacen menos
armónico y dúctil el lenguaje”.
Su poema ‘Hermano árbol’, en su primera parte dice: "Altar de la vida en el que las abejas
dicen la misa de la fecundación de la flor. Castillo que crece y tras el
descanso invernal, se limpia y remoza para esperar la vuelta de la reina
Abundancia y de la princesa Alegría. / Heraldo de las primaveras, que con la
eclosión de sus yemas morenas, anuncia el despertar de la belleza a un ciclo de
nuevo amor".
LIBROS
Poesía: Símbolos profanos
(1924); Sol y horizontes (1930).
Crónica: Viaje al Chimoré
(1907).
Otros: Obras completas
(1973).
Ref.-
M. de Heredia, “M.C., filósofo y poeta…”, Signo, 3, 1957, 13-17; H. Arduz, “A
propósito de un libro”, en Hombres y letras, 1978, 17-21; Baptista, Madre
naturaleza vuélveme árbol, 1979; Guzmán, Diccionario Literatura, 21-22; P.
Díaz, "Centenario de M.C.", PL, 23.06.1974, 2; Quirós, La Raíz, 281
D.R.
COPYRIGHT: Elías Blanco Mamani
Hola! Encontré tu blog de casualidad y me gustó mucho. Resulta que Manuel Céspedes era familiar directo de mi abuela(creo que su tío o tío abuelo). Y ahora mismo mi familia y yo estamos intentando construir nuestro árbol genealógico. Al no vivir en Bolivia me es difícil encontrar datos. Estamos buscando a la familia que haya quedado de Manuel Céspedes. Si tuvieras alguna información, te lo agradecería mucho.
ResponderEliminarEstimado Sr. Blanco:
ResponderEliminarSoy sobrino nieto de Alfredo Jáuregui Rosquellas de quien Ud. puso una pagina en Facebook, pero desgraciadamente hay un pequeño error en el nombre: AFREDO en vez de ALfredo lo que hace difícil de encontrar el blogg para quienes no han notado la falta de esa "L" Siendo Ud. el autor de esa página es el único que puede corregirla para que pueda ser encontrada con mayor facilidad.
Le agradezco su atención
Enrique Jáuregui Tintó
SÍMBOLOS PROFANOS escrita en Prosa Poética tiene un estilo ejemplar, riqueza de léxico, imágenes
ResponderEliminarmúltiples, profundidad filosófica. Cuando
Man Cesped escribe que un libro es un pan
y que su libro símbolos Prófanos es el resultado
de su cosecha espiritual y de su experiencia
vital, sin quererlo se presenta como un eminente
escritor que despliega su oficio con maestría. Sólo cito: He aquí (el pan-libro) que yo os ofrezco. No es pan heroico de hornada homérica, ni torta lírica de de amasijo virgiliano. Son panecillos del buen San Claus, hechos de harina de trigos espigados en los rastrojos de la vida, y de masa salada con sal pura, y cocida al rescoldo de la fogata, de la que al raso hace su hogar el peregrino".
Riqueza expresiva, plenitud en el uso de recursos estilísticos. Un maestro. Una fuente permanente de consulta.