DERECHOS RESERVADOS

Gracias por citar la fuente en cualquier reproducción que se haga de este material. D.R. Elías Blanco - Museo del Aparapita.

miércoles, 29 de febrero de 2012

CERGIO PRUDENCIO BILBAO






PRUDENCIO BILBAO, Cergio (La Paz, Bolivia, 1955).- Músico compositor, director de orquestas y gestor cultural.
Estudió en el Taller de Música de la UCB (1974-1978). Participó de cuatro de los Cursos Latinoamericanos de Música Contemporánea, y tomó cursos particulares en Venezuela y Brasil. Ha sido fundador del Grupo ‘Aleatorio’, director del Taller de Música de la UMSA, director asistente de la Orquesta Juvenil de La Paz, director invitado de la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela, director titular de la Orquesta Juvenil de Táchira (VZLA), y docente en diferentes cursos latinoamericanos de música contemporánea. En 1980 fue parte de la creación de la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos (OEIN), dirigió esta entidad hasta el año 2016. Actualmente (2016) es Presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.
Ha musicalizado las películas: Los hermanos Cartagena (Agazzi, 1985), La Nación clandestina (J. Sanjinés, 1989), Para recibir el canto de las pájaros (J. Sanjinés, 1995), Sayariy (Mela Márquez, 1995); El día que murió el silencio (Agazzi, Premio a la Mejor Música Original en el Festival de Cine de Trieste, Italia, 1997),  El atraco (Agazzi, 2004).
Entrevistado por Rubén Vargas el 2010, Prudencio habló sobre su trabajo de compositor: “Para mí, la composición es asistemática. En definitiva, no creo en los sistemas de composición. En lo que creo es en las posibilidades del sonido, en la libertad del sonido, en la cualidad anímica del sonido. Por lo tanto, creo que la misión compositiva es únicamente sintonizarse con ese caudal anímico del sonido y simplemente dejarlo ser. Se trata de intervenir lo menos posible. En general, venimos de escuelas que nos enseñan a dominar, a doblegar el sonido. Hay una historia en la música occidental trágicamente coherente con esa idea. Es una obsesión ideológica y política: controlar todo. Cada vez me convenzo más de que no hay que controlar al sonido, hay que dejarlo ser”.
En cuanto a la recuperación de la música andina o indígena, consultado por el diario ‘Cambio’, definió: “Realmente nosotros no hemos recuperado nada. Yo siempre hago énfasis en el hecho de que somos nosotros los recuperados, o sea, el mundo indígena, su música, sus instrumentos, su cultura, sus idiomas, su pensamiento y su cosmovisión estaban siempre ahí u siguen estando ahí. Con nosotros o sin nosotros, o sea, nosotros no somos artífices de ninguna acción de salvataje o de rescate. El mundo indígena ha tenido sus propias fortalezas de sobrevivencia que lo han traído hasta aquí, y esa fortalezas de sobrevivencia nos están arrastrado a todos, nos están salvando, recuperando y rescatando a todos los mestizos, la República, el Estado Plurinacional, el proceso de cambio… Todo eso está siendo salvado por esas fortalezas y esas capacidades”.

DISCOGRAFÍA: La ciudad (1980), Cantos de tierra (1990), Entre dos silencios (canta Emma Junaro, 1997), Cantos crepusculares (1999).

FUENTES: La Época, “Musicalizando el cine boliviano”, 27.06.2004, A6-7; Judith Jaliri, “Los sonidos del cine boliviano”, La Prensa, 25.01.2004, 9B; Beatriz Palacios, “Diálogo con el compositor…”, UH/Semana, 06.05.1990, 2-3; Rojas, Creadores, 280-81; Rivera, Música y músicos, 142-45 y 215-16; C. Rosso, “La música académica y contemporánea”, Fundación La Plata, La Música, 2005, 140-41; Rey González, “OEIN, 30 años…”, Cambio/La esquina, 01.08.2010, 4-6; R. Vargas, “Componer es dejar ser al sonido”, LR/Tendencias, 12.12.2010, C1-2

FOTO: Museo de Aparapita / EBM (2016)

COPYRIGHT: Museo del Aparapita /  Elías Blanco Mamani

No hay comentarios:

Publicar un comentario