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jueves, 17 de mayo de 2012

JULIO DE LA VEGA RODRIGUEZ


VEGA RODRÍGUEZ, Julio de la (Puerto Suárez, Santa Cruz, Bolivia, 1924 – La Paz, Bolivia, 2010).- Novelista, poeta, dramaturgo y crítico de cine.
Abogado con estudios en la UMSA de la ciudad de La Paz, donde radicó desde su juventud. Docente y director de la carrera de literatura de la UMSA. El festival ‘Teatro de los Barrios’ lleva su nombre en su honor. Integró el movimiento ‘Gesta Bárbara’. Se menciona que ganó el Premio de Poesía ‘Franz Tamayo’ (1966). Tuvo la oportunidad de visitar París y otras capitales de Europa hacia el año 1951; incluso llegó a la India. Miembro de la Academia Boliviana de la Lengua (1976). Premiado con la Medalla ‘Pablo Neruda’ (2004) por parte del gobierno chileno. Premio Nacional de Cultura (2005) dado por el Estado Boliviano.
El estudioso Pedro Shimose ha dejado los siguientes apuntes (2011) sobre el autor: “Surrealista a la boliviana, Julio de la Vega afirma la vida mediante el arrebato erótico; en su poesía social hay una actitud moralizante, siempre alerta a lo maravilloso. Fiel a sus maestros surrealistas, se opone a la poesía pura y cree que la poesía es un modo de expresión vital, una liberación total del espíritu. Los sueños, la pulsión erótica, la nostalgia del paraíso, la sed de justicia, inspiran su lírica exuberante de imágenes. El cuerpo femenino es metáfora del trópico mágico, salvaje, misterioso y encantador. A pesar de haber vivido desde niño en La Paz, el poeta convierte a Santa Cruz en mito literario”.
Eduardo Mitre por su lado lo define (1988): "Poeta del viaje y de la aventura, De la Vega lo es en igual medida del amor. Su poesía amatoria es una constante presente en toda su obra. Pese a los desniveles que en la misma ofrece, De la Vega es sin duda uno de nuestros más notables poetas del amor o, más precisamente, del amor-pasión que se alimenta del obstáculo erigido por la ausencia o la interdicción social".
El poeta Armando Soriano Badani ante su fallecimiento escribió: “La lira eminente de Julio de la Vega ha callado de súbito para convertirse en perenne gloria inmarcible. Sus poemas seguirán palpitando en la emoción y sentimiento de los lectores, quienes reverenciarán la altura penetrante de su estro. Colmado de intensa emotividad expresiva en sus imágenes de ambiciosa tensión subjetiva o de objetiva plasticidad y colorido, según la temática de su copiosa poesía”. Por su lado el estudioso Raúl Rivadeneira lo valoró: “Julio de la Vega era un gran exponente de la poesía de la segunda mitad del siglo XX, de una pléyade de escritores y poetas. Y no solamente un gran poeta, sino también un gran dramaturgo, porque ha dejado varias obras de primerísima calidad. Y luego está  su presencia enaltecedora de las letras en la Academia Boliviana de la Lengua y un miembro activo del grupo cultural Prisma, un grupo que logró reunir a varios escritores”.
Su poema ‘¿Quién es Ninoskha Méndez?’ dice en un fragmento: “No me veréis con ella nunca / porque el amor es el secreto de la cita. / Sabed que camino con ella entre árboles nocturnos, / que su casa está situada en los límites / de lo real y el sueño / que para verla debo tomar el ‘Viento de las Once’ / que pasa por la ruta láctea / y me deja en las luces de su puerta / donde debo decir el santo y seña: / ‘Viva la oscuridad / y me estrello en la angustia como el mar en la roca, / por eso vengo a ti a iluminar mi boca!’”.
Otro de sus versos, el dedicado a ‘Los pinos de Roma’, expresa: “Se diría un ejército, / un batallón de paz. / Como una multitud, los pinos / pintan la geografía de la ciudad. / ¿De qué distancia viene su verde simetría? / ¿Desde qué punto de la historia / sus paralelas líneas ha llegado / a nuestro siglo, / a nuestra época de ruidos? / Yo los he visto erguidos mirar hacia las nubes / cuando los besan los aviones; / en sus extensas copas, / mesas redondas del alivio, / multiplicaron nidos, / desde antes de la luz, / desde la cruz y por los siglos de los siglos. / Sobre los siete montes, / en los siete collados de la ciudad eterna / he visto despeinarse sus melenas. / Los he mirado hablando a las palmeras, / llamarlas compañera vegetal y acariciarlas / y conquistar su talle, con su amplio armazón de clorofila”.

LIBROS
Poesía: Amplificación temática (1957); Temporada de líquenes (1960); Twist en las alturas (1963); Poemario de exaltaciones (1967); Vuelos (1993); Toda la poesía completa de Julio de la Vega (2008).
Novela: Matías, el apóstol suplente (Mención de Honor del Concurso ‘Erich Guttentag’, 1971); Cantango por dentro (1986).
Teatro: Se acabó la diversión (1975); La presa (1982).

Ref.- O. Harnés, Poetas cruceños, 194; E. Mitre, Poetas Contemporáneos, 69; Quirós, Índice poesía, 303; Rubén Vargas, “A propósito de Cantango por dentro”, UH/Semana, 15.08.1986, 8; Abecia, Gesta Bárbara, 2000, 45-50; Marcelo Villena, “Cinco giros con Cantango por dentro”, Mariposa Mundial, 9, 2002-2003, 62-71; LR/Tendencias, “Toda la poesía…”, 22.06.2008, C4; R. Rivadeneira, “Murió el poeta…”, LR, 12.11.2010; R. Vargas, “Se fue J. de la V….”, LR/Tendencias, 14.11.2010, C9; Armando Soriano, “El silencio de J. de la V.”, Página Siete, 01.12.2010; Shimose, Poetas del Oriente, 2011, 31-60












Don Julio de la Vega cuando recibió el Premio Nacional de Cultura (2005).



FOTOS: Archivo Elías Blanco (1997 y 2005)

COPYRIGHT: Elías Blanco Mamani


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