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domingo, 19 de julio de 2020

ISAAC TAMAYO, escritor, diplomático, periodista y político boliviano



TAMAYO, Isaac (La Paz, Bolivia, 1844 – 1914).- Escritor, diplomático, periodista y político.
Según datos del biógrafo Josep Barnadas, Tamayo tuvo destacadas actuaciones políticas desde que fuera Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores en el gobierno de Mariano Melgarejo. Fue electo Diputado a las Constituyentes de 1868 y de 1878. Durante la presidencia de Hilarión Daza en plena Guerra del Pacífico, fue Subsecretario. En 1887, como Ministro Plenipotenciario en el Paraguay, negoció y suscribió el Tratado ‘Tamayo-Acéval’; igual misión cumpliría en 1893 en el Brasil. Ministro de Hacienda e Industria (1888-1889); Cancelario de la Universidad paceña (1896-1897). Padre del poeta y también político Franz Tamayo Solares.
En cuanto a su labor como periodista, los estudios del ramo Raúl de la Quintana y Ramiro Duchén Condarco en su libro Pasión por la palabra anotan que Tamayo fue miembro de ‘La voz de la Juventud’, ‘La Unión’ y fue colaborador de ‘El Eco de La Paz’ y de ‘El Ciudadano’, este último dirigido por José Rosendo Gutiérrez, órgano en el que coincidió con Crispín Andrade y Portugal, Félix Reyes Ortiz y otros.
Tamayo logró publicar un solo libro titulado Habla Melgarejo (1914), firmado con el seudónimo de ‘Thajmara’, en el que rescata sus conocimientos en torno al polémico gobernante Mariano Melgarejo. Ya en 1928 el ensayista Gustavo Adolfo Otero en su libro Crestomatía Boliviana incorpora en sus páginas a Isaac Tamayo como “Prosista de estilo enérgico y rotundo”, destacando precisamente Habla Melgarejo del que afirma que “es un documento y serio estudio sobre asuntos más importantes de la actualidad permanente en Bolivia”. Por su lado el historiador Valentín Abecia Baldivieso se refiere al mismo libro, destacando: “Este volumen de 220 páginas no pertenece al género histórico. Su autor, está a la vista, no pretendió hacer historia; pero tiene, sin embargo, un análisis de interpretación de la realidad que muchos que escribieron historia no poseían, Melgarejo merced al espiritismo. Se presenta a mostrar fríamente la política, los problemas del país, las relaciones internacionales, las finanzas, la agricultura, el comercio, la demografía, el derecho, etc. /…/ La obra no es una justificación de los actos del ‘tirano del sexenio’, es una reflexión sobre la cuestiones históricas y problemas del país, a través de un personaje salido del medio social, creado por el cuartel y la asonada política militar; en ella no se juzga a los hombres, se explican hechos y actitudes en su dimensión humana y en sus propias circunstancias”.
En opinión del historiador de la novela boliviana Augusto Guzmán, Habla Melgarejo “No puede llamarse novela en el sentido clásico de la palabra. Tamayo no escribió este libro consultando las reglas retóricas del género novelesco. Si tal hubiese querido, lo habría hecho con magnífico resultado, porque tenía mucho talento. Empero, por la ficción literaria de que se sirvió el autor para exponer una serie de inteligentes opiniones, debe figurar su libro en este registro. Es una crónica que detalla fragmentariamente lo ocurrido en una sesión de espiritismo. El argumento se reduciría a esto: unos jóvenes espiritistas invocan el alma de Melgarejo, éste se presenta en espíritu y mantiene suspenso al auditorio con una brillante y docta exposición, defensa de su persona y gobierno. /…/ El recurso de hacer hablar a Melgarejo pasados 41 años desde su muerte, no puede ser sino novelesco”.
Otros escritos de Isaac Tamayo son citados por un lado por Gustavo Adolfo Otero quien habla de ‘Pago a tanto martirio’ sin mencionar su género literario; por otro lado Valentín Abecia dice que escribió en su Juventud una novela titulada ‘Sarah Bloch, páginas de un libro de viaje’ “que publicó por fragmentos, sin ningún éxito”, dice. De nuestra parte encontramos en el diario ‘La Tribuna’ de La Paz, de 1880, una serie de textos bajo el título ‘Historia de cada día’ (apuntes para una novela), con lo que podemos concluir que Isaac Tamayo tuvo desde siempre una tendencia a escribir en el género de la novela.
Un retrato de la personalidad de Isaac Tamayo la hace el director de la revista ‘Kollasuyo’ Roberto Prudencio Romecín anotando en 1939: “Entre las grandes figuras de la historia política y literaria de Bolivia, don Isaac Tamayo cobra un relieve singular, por la extraña modalidad de su persona. Hombre solitario y arrogante, no disimulaba su desdén por la sociedad pacata y provinciana de su tiempo. Espíritu profundo y cultivado huía del convencionalismo y del lugar común, y se aislaba para mejor conocer y juzgar a los hombres. Estudioso de la ciencia europea e inclinado a admirar la cultura francesa, era sin embargo un adorador de lo autóctono y abrigaba una fe ardorosa en el hombre y en las modalidades de la tierra”.

LIBRO Novela: Habla Melgarejo (1914).

 

                             PORTADA de su libro dedicado a Melgarejo


FUENTES: I. Tamayo, ‘Historia de cada día’, La Tribuna, LP, 04.12.1880, 4; G.A. Otero, Crestomatía Boliviana, 1928, 87; A. Guzmán, Historia de la novela boliviana, 1938, 141-142; R. Prudencio, “Los escritores del pasado: Tamayo”, Rev. Kollasuyo - 5, LP, mayo 1939, 67-70; V. Abecia, historiografía boliviana, 1973, 273-274; Quintana/Condarco, Pasión por la palabra, 1992, 622-623; J. Barnadas, Diccionario Histórico: II, 2002, 969

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